Del ruido y el picante, a una vista VIP: una experiencia que conecta fans con la personalidad de Doritos.
CONTEXTO
Doritos hacía su estreno en Lollapalooza, el evento musical del año, con la ambición de dejar huella mediante una experiencia única para las personas. El desafío era real: en un festival con múltiples auspiciadores —algunos con más presupuesto y mejor ubicación— la marca debía sobresalir sin perder su tono audaz y festivo.
CLIENTE
CCU
ÉPOCA
2024
—
2025
SERVICIOS
ESTRATEGIA
No podíamos convertirnos en “otro stand más”. La estrategia fue mostrar la experiencia de marca y enganchar con el consumidor desde lo sensorial y lo lúdico, capitalizando el carácter de Doritos para romper la indiferencia propia de un entorno saturado de estímulos. Esta decisión creativa apuntó a ganar relevancia cultural y emocional, en vez de competir solo por metros cuadrados o decibeles.
Qué hicimos
Diseñamos y producimos un stand de dos etapas: primero, un viaje inmersivo al mundo de Doritos que introducía códigos, texturas y actitud de la marca; luego, una experiencia VIP ubicada en el mejor lugar para ver el show, elevando la vivencia a un momento memorable “al estilo Doritos”: ruidoso, extravagante y picante. La arquitectura, el flujo y la operación del espacio estuvieron pensados para mover a la audiencia desde la curiosidad hasta la participación activa.
Impacto
La activación posicionó a Doritos como anfitrión de una experiencia que trasciende el sampling y el branding estático, alineada con los objetivos de producción de eventos y posicionamiento de marca. Al combinar inmersión + vista privilegiada del show, la marca maximizó su cercanía emocional con el público festivalero y dejó una narrativa clara: Doritos no solo se ve, se vive. (La página no reporta métricas cuantitativas, pero el diseño estuvo orientado a incrementar afinidad y recordación de marca en terreno).